BAGDAD, 5 oct (Xinhua) --El presidente recién elegido de Irak, Barham Salih, y el presidente del Parlamento iraquí, Mohammed al-Halbousi, felicitaron hoy a Nadia Murad, una mujer yazidi a quien le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz 2018 por sus esfuerzos contra el uso de la violencia sexual como arma de guerra.
"Hablé por teléfono con la querida Nadia Murad y la felicité por su Premio Nobel de la Paz. El honor de Nadia refleja el reconocimiento mundial de la tragedia de las yazidi y de todas las víctimas del terrorismo en Irak", dijo Salih en su cuenta oficial de Twitter.
El presidente elogió la distinción de Murad como "una valoración a su valor y persistencia en la defensa de los derechos usurpados" y "un tributo a la lucha y la determinación de los iraquíes frente al terrorismo y al extremismo".
Halbousi calificó al premio como "un verdadero reconocimiento a los sacrificios hechos y que sigue haciendo Irak en nombre del mundo".
"Nadia Murad se convirtió en un ícono de paciencia, sacrificio y valor, y en un símbolo de rechazo a la injusticia y a la tiranía", se?aló.
Horas antes, el Instituto Nobel de Noruega, en Oslo, anunció que el Premio Nobel de la Paz de este a?o es para Nadia Murad y para el médico congole?o Denis Mukwege.
Nadia Murad es una mujer de 25 a?os de edad que defiende a su comunidad y a los sobrevivientes del genocidio.
Nació en la aldea de Kojo cerca de la localidad de Sinjar, a unos 100 kilómetros al oeste de la ciudad norte?a iraquí de Mosul. Su familia de la minoría etno-religiosa yazidi eran agricultores.
Murad fue una de las miles de mujeres yazidi secuestradas en 2014 y esclavizadas por el grupo terrorista Estado Islámico (EI). Fue violada repetidamente antes de lograr escapar con ayuda de una familia hacia áreas seguras fuera del territorio controlado por el EI.
La minoría yazidi está integrada primordialmente por kurdos cuya religión incorpora elementos de muchas creencias. Existen unos 600.000 yazidis en Irak, alrededor de 80 por ciento de ellos viven en las localidades de Sinjar y Bashiqa en la provincia de Nineveh, en el norte de Irak.
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